Como descubrió el economista
francés Auguste Cournot en 1850
(autor de la Loi de debit), la cantidad demandada de un bien (si
todo lo demás permanece constante = ceteris paribus) es función de su precio y,
por tanto, a menor precio mayor demanda. Alfred Marshall en sus Principios
de Economía(1890) desarrolló el tema en forma más detallada.
Esta relación inversa
entre precio y cantidad genera un coeficiente negativo, por eso generalmente se
toma el valor de la elasticidad en valor absoluto. La elasticidad de la demanda
se expresa como Ed y dependiendo de la capacidad
de respuesta a los cambios en los precios, la elasticidad de la demanda puede
ser elástica (A) o inelástica (B). Cuanto más horizontal sea la curva de
demanda, mayor es la elasticidad de la demanda. Del mismo modo, si la curva de
demanda es más bien vertical, la elasticidad de la demanda será inelástica al
precio. Este es el tema que abordamos como parte de nuestros Conceptos de
Economía.
En general, la demanda de un bien es inelástica (o relativamente inelástica)
cuando el coeficiente de elasticidad es menor que uno en valor absoluto. Esto
indica que las variaciones en el precio tienen un efecto relativamente pequeño
en la cantidad demandada del bien. Un producto clásicamente inelástico es la
insulina. Las variaciones en el precio de la insulina tiene una variación
prácticamente nula en la cantidad demandada. Es decir, es insensible o
inelástica al precio.
El concepto de “elasticidad”
Cuando la
Elasticidad Precio de la Demanda es mayor que uno, se dice que la demanda de
este bien es elástica (o relativamente elástica). Una disminución a la baja en
el precio de la carne o el jamón serrano genera un impacto en la cantidad
demandada. Por ejemplo, si el precio del jamón disminuye en un 5% y la demanda
aumenta en un 10% se obtiene (10% / -5% = -2). La elasticidad es igual a 2, en
valor absoluto. Nótese que este es un número sin dimensiones.
Son varios los
factores que influyen en el mayor o menor grado de elasticidad de un bien. Por
ejemplo, el tipo de necesidades. Si es un producto de primera necesidad, su
demanda será más bien inelástica; en cambio si es un producto de lujo su
demanda será más elástica, dado que un aumento en el precio alejará a algunos
consumidores. También afecta la elasticidad la existencia de bienes sustitutos.
Si hay buenos sustitutos, la demanda del bien será elástica y se podrá
reemplazar su consumo. Al reves, si hay pocos sustitutos, la demanda tenderá a
ser inelástica. Un ejemplo clásico de bienes sustitutos y elasticidad es la
mantequilla y la margarina. Si la mantequilla sube mucho de precio se podrá
reemplazar por la margarina.
Otro factor que
afecta es el período de tiempo. La elasticidad tiende a aumentar en el
largo plazo porque los consumidores tienen más tiempo para ajustar su
comportamiento y adaptarse a los bienes sustitutos. Frente a otros productos,
como por ejemplo el petróleo, el consumidor puede reaccionar rápidamente a un
alza y disminuir su consumo, pero con el tiempo se adaptará al nuevo precio y
volverá a consumir a los mismos niveles, mostrando así una demanda inelástica.
Los cigarrillos son un claro ejemplo.
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